Lucía Bermúdez

La Estela de Ategua es una loza de piedra caliza esgrafiada que mide 163 x 78 x 34 cm. Se descubrió en 1968 en el suroeste de la Península  Ibérica y se conserva en el Museo de Córdoba. Está fechada entre finales de la Edad de Bronce e inicios del reino de los Tartessos.

Aunque su calidad artística es pobre y esquemática, su interés reside en que representa las características de una sociedad compleja.

El grabado de la Estela de Ategua representa, en la parte superior, a un guerreo de gran tamaño con casco y coraza aunque estático. A su alrededor aparecen sus armas: lanza, espada y escudo redondo. En el antro se observa el mismo guerreo yacente en un lecho o pica funeraria con un personaje al lado lamentándose. Debajo aparecen dos animales cuadrúpedos y un carro de dos ruedas que representa el paso a la otra vida. En la base se encuentran dos grupos de tres y cuatro personas bailando.

Claramente representa una escena de carácter funerario típica de una estela. La mayoría de sus elementos poseen coincidencias con la cultura griega arcaica debido, posiblemente, a un rico intercambio cultural entre el sur de Iberia y los pueblos del mar Egeo. Este contacto con el exterior facilitó el desarrollo del reino Tartessos como civilización compleja.

La Estela de Ategua es un testigo de ese desarrollo cultural puesto que de ella se extraen conclusiones políticas, sociales, económicas, culturales, artísticas y religiosas.
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